Las campeonas de taekwondo afganas ya no pueden entrenar por los talibanes
Zarghunna Noori es una campeona de taekwondo de 22 años que soñaba con representar a Afganistán en los Juegos Olímpicos de París de 2024, pero desde la llegada al poder de los talibanes tiene la sensación de haber sido derrotada.
“En el deporte, cuando perdemos, nos sentimos terriblemente mal (…) Y nosotras hemos sido derrotadas por el gobierno talibán“, asegura, refiriéndose a que el movimiento islamista prohibirá que las mujeres practiquen deporte.
Zarghunna Noori logró un título nacional en 2018 y entrena al equipo femenino, con base en Herat.
En 2008, Rohullah Nikpai ofreció a Afganistán la primera medalla olímpica de su historia al conquistar el bronce en Beijin 2008 en categoría masculina.
Cerca de 130 mujeres de entre 12 y 25 años forman parte de la academia afgana de la disciplina, situada en Herat. Pero ya no tienen permiso para entrenar.
La semana pasada, el nuevo director de deportes y de educación física afgano, Bashir Ahmad Rustamzai, declaró que los talibanes autorizarán “400 deportes”. Pero no aclaró si las mujeres podrían practicar alguno de ellos.
Los islamistas pusieron en práctica una estricta segregación de las mujeres cuando ocuparon el poder entre 1996 y 2001, excluyéndolas de cualquier actividad deportiva. Ahora, un mes después de hacerse con el poder de nuevo en el país, tratan de mostrar una cara más amable ante la comunidad internacional.
Su gobierno parece haber consentido el retorno a las aulas para todas las mujeres, desde la educación primaria hasta la universidad, aunque con restricciones, después de haberla prohibido durante su gobierno anterior. Pero el deporte es otro tema.
Ahmadullah Wasiq, miembro de la comisión cultural talibán, estimó recientemente que “no es necesario” que las mujeres practiquen deporte. La sharia, la ley islámica, prohíbe, según los fundamentalistas, que se mezclen los sexos en actividades de la vida pública y obliga a las mujeres a disimular sus formas.