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Pierden vecinos contra grupos armados tras un partido local, ante la ausencia de ‘árbitro’ que frene la violencia

Lo que debió terminar como un domingo de celebración por la final de dos ligas de futbol llanero en los campos de San José Poza Honda, en el municipio de Naucalpan, acabó en una venganza que lleva cerca de dos años y ha cobrado la vida de cuatro hombres, una mujer desplazada por el atentado contra su casa, y al menos una decena de personas que huyeron por temor a ser asesinados, víctimas de ataques armados y la ausencia de las autoridades.

El 9 de junio de 2019 estaban programadas las finales de dos ligas de futbol de la colonia. En la cancha conocida como Alborada se disputaría la final de la división infantil, mientras que en el campo de la Liga San José, la final y semifinal del torneo mayor en Naucalpan, en el Estado de México.

Cada domingo, en los encuentros de futbol se reunían, además de los jugadores, sus familias y amistades que al término de cada juego acostumbraban convivios con alcohol y comida en la misma cancha o en los alrededores.

Los Nieves se dedicaban a la construcción y al transporte público y tenían integrantes jugando en ambas canchas. La tarde de ese domingo de 2019, aproximadamente a las 17:00 horas, el equipo al que pertenecían los hijos de César Nieves, disputó la liga infantil. El plan era celebrar después en casa de la abuela sin importar el marcador, pero la comida no se realizó porque comenzó una pelea que acabó con un hombre muerto y una serie de crímenes que, a la fecha, no paran.

El detonante de la pelea tiene dos versiones. La de César, de 34 años, es que cuando pretendía irse al festejo, aún en la cancha, se le atravesaron Sabino Villanueva, de 46 años, y su hijo Felipe de Jesús Villanueva, de 23, quienes comenzaron a insultarlo y golpear sin razón, hasta que varios amigos también presentes lo ayudaron y lo llevaron a su casa.

Villanueva tiene señalamientos de pertenecer a un grupo de golpeadores de Germán Santiago Gutiérrez, expresidente del comisariado ejidal de Naucalpan, acusado en 2007 por las autoridades del Estado de México, a petición de la empresa Banca Mifel S.A. de C.V., de despojar a decenas de familias de sus tierras en la zona de El Cobradero, y en 2010 empleados de dicho municipio los señalaron por el desvío de, al menos, 4 millones de pesos.